La estimulación temprana tiene
por objetivo aprovechar esta capacidad de aprendizaje y adaptabilidad del
cerebro en beneficio del bebé. No sólo se trata de reforzar aspectos
intelectuales, como su capacidad para la lectura o el cálculo matemático, sino
que la estimulación temprana también contempla los aspectos físicos,
sensoriales y sociales del desarrollo.
La estimulación temprana se
basa en la repetición de lo que se viene a llamar unidades de información. Al
igual que todos los niños aprenden a hablar por si mismos (a base de oír diariamente
los sonidos del lenguaje). Por ejemplo, para que un bebé gatee es necesario que
controle el llamado patrón cruzado, esto es, la capacidad de coordinar
su mano derecha con su pie izquierdo (y viceversa) y así avanzar. Nuestro
cerebro está dividido en dos hemisferios, izquierdo y derecho, cada uno de los
cuales controla la parte opuesta del cuerpo. Pues bien, los ejercicios de gateo
refuerzan el patrón cruzado y, por tanto, ayudan a mejorar la coordinación
entre los dos lados de nuestro cuerpo.
Mas Información
Mas Información